Estamos viviendo una época caracterizada por el relajamiento
de los valores tradicionales y la ausencia de los valores de reemplazo. Hay un
vacío moral en el hombre "posmoderno" y sus instituciones. La escuela sigue fracasando en sus métodos y
contenidos, ya muchos no creen en los valores que le dieron sustento. Desde la
insistencia en una ètica del esfuerzo, a los modos de enriquecimiento sugeridos
por las series y los "reality-shows" alienantes. Como decía Nietzsche: “Los
moralistas empiezan a actuar cuando la moralidad toca a su fin” y el ladròn grita, agarren al ladròn. El descalabro
moral está rematando la destrucción del hombre. Cada vez menos personas creen
en la palabra. En lo posmoderno no hay lenguaje de sinceridad. Para Juan Abugattas:"El
Perú, para decirlo màs crudamente, es un país de "pendejos". Hay una
"moral" interesada y una "moral" de conveniencia pragmàtica.
Esa moral interesada, se inicia cuando el hombre forma sociedades clasistas o diferenciadas, Abandona su naturaleza puramente animal y comienza a sentirse miembro de una
comunidad. Es entonces cuando se ve impelido a crear reglas y normas de
comportamiento que le permitan regular sus relaciones con los demás miembros de
la comunidad. Muy severas desde la aparición de las sociedades clasistas como
Egipto, Mesopotamìa, etc.
En el Imperio Incaico se pudo fortalecer
las normas Morales y las leyes gracias a las cuales el pueblo mantuvo su
disciplina social, eso fue a través de la Educación No Formalizada que era la
educación que se practicaba en las familias y ayllus entre padres, hijos y
vecinos, que era de trabajo, honradez y cordialidad.
Los Incas toleraron que siguieran vigentes algunas
normas y costumbres jurídicas de las provincias conquistadas. Como hicieron
también con la Lengua y la Religión. Pero, al mismo tiempo, impusieron un
Derecho Imperial y un Sistema Judicial dependiente de la Administración
Cuzqueña.
Según el Inca Garcilaso de la Vega las
sanciones eran muy severas, “El castigo era riguroso porque la mayor parte era
de muerte por liviano que fuese el delito”. Pero en esta pena de muerte había
diferentes modalidades. La más común era la horca y el apedreamiento. La muerte
por arrastre estaba reservada para los asesinos de Curacas y nobles. El
descuartizamiento se aplicaba por faltas militares o contra la Panaca. La peor
de todas las formas de muerte fue la hoguera. Era aplicada en casos extremos de
sacrilegio, incluyendo los atentados contra el Inca. La muerte por hoguera
significaba la desaparición total de su ser para un hombre, no podía haber
momia de su cuerpo y no podría vivir en el otro mundo.
Entre las penas menores estaba la
flagelación y los golpes. Entre las más leves, la destrucción de sus
propiedades, el corte de cabello y la vergüenza pública. En algún caso se
aplicaba también la pena de trabajos forzados contra el esposo que mataba a su
mujer adúltera. Hubo también penas de degradación social: La moral inca
presenta sus propios caracteres que responden al estado particular de las
condiciones de la vida material que le fueran actuantes. Que dichas condiciones
corresponden al esclavismo-patriarcal, que es un tipo particular de
organización social y económica, sujeto a un proceso histórico-natural.
El esclavismo-patriarcal de los incas se
presenta como un modo de producción históricamente determinado, un régimen de
vida social de los hombres, que en el proceso de la producción de los bienes
materiales se han asociado para la actividad productiva en común. En esta
sociedad esclavista-patriarcal, los agricultores productores de los bienes
indispensables de vida, son dominados por los orejones y curacas, que hacen
recaer para sí, el trabajo excedente, el producto excedente. Este sobre
trabajo lo hacían producir bajo las formas de la renta del suelo en trabajo y
en especies. En la forma de la renta del suelo en trabajo, el productor directo,
el campesino indígena, para poder mantener el derecho al usufructo parcelario
de la tierra, que de hecho o jurídicamente está en su poder, tenía que
trabajar un tiempo determinado, sin retribución alguna, las tierras del Sol y
del Inca.
En la sociedad inca, se manifiesta la propiedad
privada mueble, pues cada familia campesina, era propietaria de su menaje e
impedimenta; y por otra parte, realizaban el usufructo de la tierra que les era
entregada "simbólicamente" todos los años por el Inca, que
personificaba el poder dominante de los orejones y curacas. Estos se
presentaban como terratenientes estatales, manteniendo el régimen de propiedad
territorial del Estado. Esta característica históricamente determinada, es la
que da el modo esclavista-patriarcal a la sociedad inca. Por tanto, la
forma de propiedad territorial de los incas, constituye una forma específica
de esta clase de propiedad, la forma en que, mediante la acción del productor
directo y de las relaciones esclavistas-patriarcales de producción, se
convierte la tierra en propiedad de los orejones, y la agricultura explotada
por pequeños campesinos como rama de la alimentación; y de que, el usufructo de
la tierra se considera como una forma de las condiciones de producción para el
productor directo, y la condición más favorable para sus dominadores. Así es,
como el régimen esclavista-patriarcal de producción presupone, con carácter
general, la supeditación en vida de los campesinos respecto de la tierra y su
sometimiento al Inca, que explota la agricultura para obtener de ella sobre
trabajo o producto excedente, con lo que mantiene su propia condición
privilegiada.
Es esta situación material, concreta, la
que determina las normas morales incas. Por esto, los postulados
jurídico-éticos que hemos visto, constituyen elementos categóricos en un
momento dado de la evolución histórica incásica. Ellos concuerdan necesariamente
con una determinada fase del desarrollo económico, material. Como teoría moral,
como postulados jurídicos, "Ama Sua, Ama Llulla, Ama Kella",
constituyen no consejos de orden meramente moral, sino, imposiciones
normativos que reflejan las relaciones de producción imperantes entre las
fuerzas productivas y los hombres.
No puede
dudarse que tales principios jurídico-éticos, constituían expresiones
fundamentales que respondían a las necesidades, de una moral e ideología de
clase. En ningún caso podían estar por encima de sus intereses, ni traducir una
realidad diferente. En el fondo, los postulados incas corresponden a la
sociedad esclavista-patriarcal. Son ideas morales que se derivan" de las
condiciones materiales, que traducen en su esencia, el contenido de un mundo
real. Tanto las relaciones de propiedad, las relaciones entre las clases y, las
relaciones de imperio y de subordinación que hemos descrito, corresponden al
sistema esclavista-patriarcal, que se precisa en el carácter de las mismas.
Estas relaciones de producción son reflejadas directamente por las normas
morales, que traducen las propias condiciones de la vida material de la
sociedad inca.
Mantenemos por esto el criterio, de que
los lemas incas: "Ama Sua, Ama Lllulla, Ama Kj'ella", no son
expresiones aisladas, arbitrarias ni casuales. Son legítimos postulados que
surgieron determinados por 'la situación real imperante en la formación
esclavista patriarcal. Las normas morales de los incas no son sino la expresión
ideal de las condiciones materiales, en las que, la vida social de un pueblo,
cristalizó su experiencia y sus realizaciones creadoras.
BIBLIOGRAFÌA:
ABUGATTAS, Juan
2005 INDAGACIONES FILOSÒFICAS SOBRE NUESTRO FUTURO.
Fondo Editorial EAP de Filosofìa. Departamento de Filosofìa
UNMSM, Lima. 199 pàginas.
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1994 FILOSOFÍA INKA Y SU PROYECCIÓN AL FUTURO. Universidad -
Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Perú. 332 páginas.
RIVARA DE TUESTA, María Luisa
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2000 PENSAMIENTO
PREHISPÀNICO Y FILOSOFÌA COLONIAL
EN EL PERÙ. Fondo de Cultura Económica, Lima. Tomo I - 359 páginas.
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1975 EL IMPERIO ESCLAVISTA DE LOS INCAS. Chiclayo, 1975. Tomo I
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